Ya disfrutamos del verano y ahora la exposición al sol, arena, piscinas etc etc nos pasa la factura. Un motivo de consulta muy frecuente es la piel seca y áspera, sobretodo en brazos y piernas y esto se debe a la deshidratación propia de estas zonas de la piel por todo lo mencionado más arriba.
Además hay ciertas condiciones que empeoran esta situación: pacientes con hipotiroidismo, diabéticos, aquellos con dermatitis atópica, pacientes que usan frecuentemente autobronceantes, que nadan mucho o tuvieron algún cuadro viral ( por citar algunos ejemplos) sienten aún más esa deshidratación y sequedad marcada en la piel: la misma se vuelve tirante, seca, descamativa y pruriginosa, y en estos casos, es muy útil recurrir a cremas con urea, estas cremas las vamos a encontrar de diferentes marcas, concentraciones y calidades, pero les explico un poco de que se trata:
La urea es una molécula capaz de absorber y retener el agua presente en la epidermis como parte del factor de hidratación natural, y es fundamental para la adecuada hidratación e integridad del estrato córneo, la capa más superficial de la piel y que actúa como una barrera.
Cuando esta función está alterada, se incrementa la pérdida transepidérmica del agua y otras funciones se vuelven menos efectivas, lo que se traduce clínicamente en hiperqueratosis ( piel engrosada y opaca) y prurito (picazón).
La urea entonces actúa de diferentes maneras en nuestra piel: Regula la proliferación epidérmica y su función barrera de la piel e incrementa la humectación del estrato córneo y también tiene un efecto antimicrobiano. Además, presenta una acción queratolítica en concentraciones altas y aumenta la penetración de medicamentos tópicos.
La encontramos en emulsiones, cremas y ungüentos que pueden ser utilizados 1-2 veces al día ( por lo general mejor a la noche ya que suelen ser más densas) y es muy útil para recuperar la piel luego del verano y para protegerla en invierno, junto con los cuidados básicos indicados por tu dermatólogo de cabecera.